Esta vivienda, sita en la última planta de un bloque residencial de ocho alturas, respondía a una compartimentación obsoleta hoy en día: muchas estancias pequeñas interconectadas ocultaban las verdaderas virtudes de la misma: una vista panorámica a toda la ciudad de Sevilla. 

Con anterioridad, un hall tras el acceso distribuía todos los recorridos. En nuestra propuesta, tras el recibidor, llegamos a ese espacio de la vivienda, que continúa siendo punto de partida de todos los caminos, pero que ahora se posiciona entre la cocina con isla y el gran ventanal de la terraza, lugar sin duda de referencia en la vivienda, que se ve colmatado con la inclusión de transiciones ocultas que privatizan espacios respecto a las zonas comunes, tales como el lavadero o el aseo de cortesía. Una apertura en el paramento vertical del espacio de día da acceso a un total de tres habitaciones más, con la principal como protagonista, con un baño abierto con vestidor tras el tabique del cabecero.

Un interiorismo actual, basado en materiales naturales y neutros aportan la calma y sensación de hogar que las grandes dimensiones de todos los espacios pudieran difuminar.